La vida cristiana, dice Richard Dahlstrom, debe estar guiada por la meta intencional de bendecir la vida de los amigos, seres queridos y extraños entre nosotros. Estamos llamados a impactar una cultura que, a pesar de toda la retórica sobre la esperanza, está abrumadoramente preocupada por la paz personal, la prosperidad, la protección y la supervivencia. Los cristianos deben ser artistas que pintan con los colores de la esperanza en un mundo quebrantado, personificando la presencia redentora de Cristo en nuestra vida personal, nuestro trabajo y nuestras relaciones.

 Este libro inspirador y práctico ofrece herramientas para vivir esta visión en la vida diaria, prestando especial atención a los desafíos que enfrentamos para mantenernos enfocados en la misión de impartir esperanza a los demás, incluso cuando lidiamos con nuestros propios problemas personales. Cualquiera que desee tener un impacto en el mundo apreciará este libro único.